Al vivir de noche y esconderse durante el día, sumado a su característico
ulular, el búho se asoció a la oscuridad, la noche, la tristeza, la soledad y
la muerte. En China, en cambio se la considera un ave sagrada, aterradora,
representación del rayo, emblema de los herreros, consagrada a los solsticios
de invierno y de verano, al renacimiento y al triunfo de la luz
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