miércoles, 19 de agosto de 2015

Flamenco de Cuba


El flamenco de Cuba ocupa las costas, marismas y lagos salobres de las islas Bahamas, Cuba, Santo Domingo y Galápagos, así como del Yucatán, América Central y el norte de América del Sur. Se diferencia del flamenco común y del de Chile, especies muy similares y que se pueden confundir con el flamenco de Cuba, por el color rojo intenso de su plumaje.

Los flamencos son unos animales filtradores que se alimentan de pequeños crustáceos y otros invertebrados microscópicos que viven agua. La forma de su pico está adaptada para este tipo de alimentación: se llenan el pico de agua y luego la expulsan con la lengua, quedando la comida retenido en las pequeñas láminas dentadas que poseen en la mandíbula superior.

Los flamencos de Cuba nidifican en colonias numerosas que hacen a los bordes del agua o incluso dentro de esta si no tiene demasiado profundidad. Esto es posible porque los nidos son unas pequeñas construcciones de barro de hasta 50 cm de altura con una ligera depresión en la parte superior, donde se deposita el huevo, que se mantienen levantadas sobre el nivel del agua. Después de 28-30 días de incubación nace la única cría, que dejará el nido enseguida se reune con los demás pollos, vigilados por unos pocos adultos de la colonia.


El principal problema al que se enfrenta el flamenco de Cuba es la creciente destrucción de su hábitat. Es una especie protegida por el Convenio de Washington en su Apéndice II.

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