martes, 18 de agosto de 2015

Monstruo de Gila


Este lagarto, pese a lo que podría sugerir su nombre, no es un animal enorme y feroz, sino un lagarto rechoncho, de cola gruesa y patas cortas, con unas llamativas manchas amarillas o naranjas sobre el fondo negro, que suele pasar la mayor parte del tiempo escondido en agujeros que excava en el suelo.

Posee unas glándulas venenosas situadas en la mandíbula inferior, con canalizaciones hacia los dientes, que son estriadas para facilitar la entrada del veneno en la herida de la víctima. Es por ello que el monstruo de Gila muerde con fuerza sus presas. Raramente puede llegar a ser mortal para el hombre. Se alimenta de pequeños vertebrados, huevos, gusanos, insectos y animales muertos.

Vive en hábitats áridos del sur de los Estados Unidos, los desiertos de Arizona y Nuevo México. Las altas temperaturas y la escasa humedad que soporta hace que sea un animal de hábitos principalmente crepusculares y nocturnos. Pasa la mayor parte del año inactivo, escondido en agujeros, a menudo madrigueras abandonadas. En verano sale a buscar pareja y lo aprovecha para comer al máximo acumulando grasa en la cola, lo que le permite sobrevivir todo el invierno.

Se encuentra catalogado en el apéndice II del CITES.

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