Debe su nombre al pelaje gris de su cuerpo, más oscuro en el dorso y
más blanquecino en la parte ventral. De mediano tamaño, los mangabeys tienen la
cola más larga que el resto del cuerpo, que les sirve de balancín cuando se
desplazan a saltos entre las ramas de los árboles de la selva. Las hembras son
más pequeñas que los machos.
De hábitos diurnos, se mueve por la selva y los manglares en grupos
numerosos, aprovechando toda clase de alimentos, como semillas, frutos, hojas,
aunque también come invertebrados, huevos, roedores y otros pequeños
vertebrados. Sus fuertes incisivos les permiten comer semillas de cáscara dura
que no pueden romper muchas otras especies de cercopitécidos.
Vive en grupos numerosos, que incluyen a más de un macho y que
defienden frente a otros grupos de su especie con vocalizaciones y actitudes
muy agresivas. Muchos machos abandonan el grupo cuando maduran sexualmente,
mientras que las hembras son mucho más filopátricas, y presentan una jerarquía
marcada. El núcleo principal del grupo lo forman las hembras con sus crías.
La caza para el consumo humano es una de sus amenazas, junto con la
destrucción de su hábitat.
No hay comentarios:
Publicar un comentario